La contractura muscular consiste en la contracción
persistente e involuntaria de un músculo. Puede ser causa
o consecuencia del dolor de espalda.
La contractura muscular como causa del dolor de espalda
En estos casos, la contractura aparece esencialmente
cuando se exige al músculo un trabajo superior al que puede
realizar, ya sea intenso y puntual -por ejemplo, un esfuerzo excesivo-
o mantenido y menos intenso -por ejemplo, mantener unas horas una
postura inadecuada-. Por otra parte, algunas anomalías
de la columna vertebral o desequilibrios de la musculatura favorecen
que unos grupos musculares estén trabajando constantemente
más de lo necesario, lo que les predispone a contracturarse.
Eso mismo ocurre cuando falta potencia a la musculatura
y se le exige que realice esfuerzos que exceden su capacidad. Por
ejemplo, algunos estudios científicos han demostrado que
la musculatura paravertebral
es simétrica; la del lado izquierdo y derecho tiende a ser
similar con independencia de que el individuo sea diestro o zurdo.
En pacientes que han sido operados de la espalda, o que han padecido
dolores de espalda de forma crónica, la musculatura paravertebral
puede atrofiarse hasta en un 80% con respecto a la del lado sano,
facilitando un reparto asimétrico de las cargas, la sobrecarga
muscular o discal y la aparición de nuevos episodios dolorosos.
En ese tipo de situaciones es fundamental hacer
el ejercicio adecuado para cada caso específico, con el fin
de contrarrestar esa tendencia y evitar la repetición de
las crisis.
La contractura muscular causa dolor de espalda
por varios mecanismos:
La contractura de un músculo activa directamente
los nervios del dolor que están en él, desencadenando
dolor de espalda.
Además, el músculo contracturado
puede comprimir la arteria, disminuyendo su riego sanguíneo.
En esa situación se forma un círculo vicioso porque
el músculo con menos riego tiende a contracturarse más
fácilmente y, además, la falta de sangre activa más
los nervios del dolor.
Si esa situación se mantiene un período
prolongado o se repite con frecuencia, el músculo se contractura
cada vez con mayor facilidad. En esa situación, hacer el
ejercicio físico adecuado es fundamental para romper esa
tendencia.
La contractura muscular como consecuencia del dolor de espalda
Con independencia de cuál sea su motivo,
el propio dolor de espalda puede causar la contractura muscular
por un mecanismo
reflejo.
En estos casos, la contractura no es la causa primaria
del dolor, pero sí un factor añadido que puede agravarlo.
Además, puede empeorar algunas de sus causas. Por ejemplo,
en una hernia discal dolorosa, la contractura
muscular puede aumentar la fuerza de compresión sobre el
disco y facilitar más la salida del núcleo pulposo.
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