El dolor de Espalda
El dolor de espalda aparece por un mecanismo neurológico -normalmente
de origen desconocido- que causa dolor, inflamación y contractura muscular.
Los principales métodos de diagnóstico son la historia clínica
y la exploración física, y sólo en contadas ocasiones son
útiles pruebas como la radiografía o el análisis de sangre,
la resonancia magnética y pruebas neurofisiológicas.
Existen unas escalas evaluadas científicamente para valorar de forma
objetiva la intensidad del dolor y el grado de incapacidad que ocasiona
el dolor de espalda, así como un programa para calcular el pronostico del dolor lumbar de un paciente concreto en 3 meses, basado en los resultados de un estudio científico realizado por la Red Española de Investigadores en Dolencias de la Espalda.
Para evitar y tratar el dolor de espalda se debe mantener el mayor
grado de actividad posible y evitar el reposo en cama. La mayoría de los
casos se trata satisfactoriamente con medicamentos, intervención
neurorreflejoterápica u otros tratamientos no quirúrgicos. La
cirugía está indicada en un reducidísimo número
de casos y sólo cuando hay signos claros que garantizan su éxito.
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