En el contexto del dolor de espalda, “discapacidad”o“incapacidad” se define como una reducción de las actividades cotidianas, y es la responsable de la mayoría de los costes y repercusiones sociales que conlleva el dolor (baja laboral, reducción de la vida social, etc.). El dolor de cuello o espalda puede restringir las actividades diarias, pero si bien el dolor es una sensación transmitida neurológicamente, la reducción de la actividad diaria es un comportamiento y, como tal, en él influyen muchos más aspectos que el dolor en sí mismo (como la motivación, la personalidad, los hábitos, etc.). Así, aunque el dolor puede restringir la actividad diaria, y el dolor muy intenso suele hacerlo en casi todas las personas, el grado de discapacidad (especialmente asociado a dolores menos intensos) varía mucho de una persona a otra, y es distinto entre los pacientes en los que el dolor es reciente y los pacientes crónicos.
Así, el dolor y la incapacidad están asociados, pero esa asociación varía mucha de una persona a otra. Obviamente, cuando el movimiento desencadena un dolor muy intenso, la actividad cotidiana se restringe. Pero a igualdad de dolor, el grado de incapacidad varía mucho de una persona a otra o, en una misma persona, también varía en función de la motivación y las circunstancias; por ejemplo, algunos pacientes pueden tener un alto grado de discapacidad porque anticipan que si hacen una actividad determinada el dolor va a aparecer (aunque no lo estén sintiendo en ese momento). El grado de incapacidad también suele ser distinto en función de que el dolor sea reciente o crónico.
Evaluar su dolor e incapacidad sirve
para ayudar a su médico a establecer el tratamiento más adecuado
para su caso específico en cada momento, ya que: Algunos tratamientos son relativamente agresivos, y sólo
está justificado usarlos cuando la intensidad del dolor o
el grado de incapacidad lo requieren.
Algunos tratamientos son más eficaces para mejorar el dolor
y otros para restaurar su actividad diaria, por lo que determinar
ambos parámetros de forma fiable ayuda a su médico
a escoger la mejor combinación de tratamientos que usted
necesita en cada momento.
Determinar la evolución de su dolor e incapacidad de forma
objetiva ayuda a su médico a valorar la efectividad de los
tratamientos previamente aplicados, lo que le permite adaptarlos
a su evolución.
Cómo evaluar el dolor y la incapacidad
Existen unas escalas desarrolladas para evaluarlas.
Los estudios científicos realizados demuestran que son fiables y
que sus resultados se correlacionan con la intensidad del dolor
y el grado de incapacidad debido al dolor de espalda mejor que otras
pruebas, como las radiografías,
la resonancia
magnética o la electromiografía.
Los resultados de esas escalas sirven para determinar el grado
de dolor o incapacidad en una persona concreta y en un momento dado.
Por lo tanto, son útiles para evaluar la situación
y evolución de un paciente concreto, pero no sirven
necesariamente para comparar la gravedad de la afección entre
distintas personas.
Hay que medir por separado el dolor y la incapacidad.
Ambos aspectos son distintos y no se correlacionan bien: Hay pacientes
con mucho dolor pero pocas restricciones en su vida diaria, y viceversa.
Por eso es un error usar la intensidad del dolor como indicador
del grado de incapacidad, o viceversa. Ambos aspectos deben ser
medidos por escalas específicas y distintas.Es un error pensar que se puede inferir el grado de incapacidad con sólo cuantificar la intensidad del dolor. Realmente es necesario medir la discapacidad con instrumentos o cuestionarios específicos.
Se han desarrollado muchas escalas con ese fin; por ejemplo, el cuestionario (o escala) de Roland-Morris o el índice de Oswestry para medir la discapacidad desencadenada por el dolor lumbar, y el índice de Discapacidad Cervical (o "NDI" por sus siglas en inglés –Neck Disability Index-) o el Cuestionario de Northwick Park para medir la discapacidad desencadenada por el dolor de cuello.
De todos ellos, aquellos cuyas versiones españolas han demostrado ser más válidas, fiables, sensibles y sencillas, son el cuestionario de Roland-Morris para la discapacidad por dolor lumbar y el NDI para la discapacidad por dolor cervical, y la "escala analógica visual" para medir el dolor.
Existen muchas escalas para medir el dolor y la incapacidad
debidos al dolor de espalda, pero no todas son fiables.
En esta sección se utilizan dos escalas: La "escala
analógica visual" para medir el dolor y la "versión
española de la escala de Roland-Morris" para valorar
la incapacidad.
El Comité Editorial de este Web ha escogido estas escalas porque son sencillas, se usan en todo el mundo, pueden (y deben) ser cumplimentadas directamente por el paciente sin ayuda de terceros, y han demostrado ser válidas y fiables. Pero existen más escalas. En una sección del área científica de este Web se listan todas las que existen para las dolencias de la espalda, indicando sus características y especificando si se han "validado" (es decir, si hay datos que demuestran su fiabilidad o no)
Qué hacer con el resultado de las escalas
Informe a su médico de su resultado en ambas escalas.
Eso puede ayudarle a recomendarle el tratamiento más adecuado para
su caso y situación específica.
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