Para evitar el dolor de espalda es recomendable hacer ejercicio
o, en todo caso, mantenerse físicamente activo, evitar el
sedentarismo, adoptar una actitud mental valiente ante el dolor
y cumplir las normas de higiene postural destinadas a realizar las
actividades cotidianas de forma que la espalda soporte la menor
carga posible.
En este apartado se ofrecen consejos acerca de cómo llevar
a cabo las actividades diarias (dormir, inclinarse, cargar pesos,
levantarse, estar de pie, sentarse, etc.) del modo menos perjudicial
para la espalda, con una clasificación por grupos de población
(mayores, trabajadores, niños, población general).
También se describe cuáles son los principales riesgos
para la espalda de cada deporte. En general pueden incrementar algo
el riesgo de padecer dolores de espalda aquellos que someten al
cuerpo a vibraciones, los que requieren movimientos de flexoextensión
o torsión, y los que obligan a mantener posturas de flexión
o hiperextensión. Sin embargo, la realización de ejercicios
físicos que desarrollen una musculatura compensada puede
paliar los efectos adversos.
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