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 El dolor de EspaldaTratamientos del dolor de espalda

Base, indicaciones y riesgos: Otros fármacos

Se ha propuesto el uso de antiinflamatorios esteroideos -es decir, derivados de la cortisona-, opioides, antidepresivos y colchicina.

Antiinflamatorios esteroideos o corticoides

Los esteroides son antiinflamatorios muy potentes, pero sus riesgos también son importantes e impiden su uso sistemático.

Los efectos secundarios más frecuentes son sobre el tubo digestivo, donde pueden causar desde ardores de estómago hasta úlceras sangrantes. También aumentan la cantidad de azúcar en sangre, pudiendo desestabilizar el control de los diabéticos, generan obesidad y la destrucción de las proteínas, causando atrofia muscular a largo plazo, y fragilidad capilar, facilitando la aparición de hemorragias.

En ciáticas debidas a hernia discal, un estudio ha demostrado que los corticoides orales tienen un efecto escaso  y sin relevancia clínica sobre el grado de incapacidad y ningún efecto sobre el dolor, resultado similar a los de  un estudio previo que concluyó que los corticoides sistémicos no son más eficaces que el placebo en los pacientes con ciática.

Algunas de las Guías de Práctica clínica basadas en la evidencia científica disponible los aconseja por vía intramuscular (no oral) y sólo brevemente y de forma excepcional cuando la sintomatología es muy intensa y resiste los antiinflamatorios no esteroideos. Las Guías de Práctica clínica basadas en la evidencia científica disponible coinciden en señalar que los pocos estudios realizados sugieren que los esteroides por vía oral no son eficaces para el tratamiento del dolor de espalda.

Opiáceos

Los opiáceos son fármacos derivados de la morfina. Son analgésicos muy potentes que actúan impidiendo que se activen las células que transmiten e integran el dolor. Se suelen administrar por vía oral o transdérmica, en forma de parches.

Pueden tener efectos secundarios importantes, como estreñimiento, mareo, sudoración o impotencia sexual,  y adicción si se usan a largo plazo. Se desconoce el porcentaje de pacientes en los que pueden aparecer.

Los estudios científicos demuestran que los denominados opiáceos menores, como el Tramadol, sólo o asociado con paracetamol, son eficaces para mejorar el dolor y la limitación que éste ocasiona en las reagudizaciones de los casos crónicos. Un estudio ha evidenciado que su uso en pacientes con dolor de espalda se asocia a un incremento, aunque no muy importante, de la incapacidad a medio-largo plazo. Las conclusiones de otro estudio indican que no hay evidencia suficiente para determinar su efectividad a largo plazo, y que la probabilidad de efectos secundarios graves aumenta con la dosis total recibida.

Un tercio de los pacientes que se someten a una artrodesis o fusión lumbar usan opiáceos antes de la cirugía,  y la mitad de ellos siguen usándolos un año después de la  misma. Los principales factores de riesgo asociados al uso prolongado de opiáceos después de la cirugía son su uso previo, al abuso de drogas y alcohol, y padecer ansiedad o depresión.

Los opiáceos mayores, como la morfina o la Oxycodona, no han demostrado ser más eficaces que el paracetamol o los antiinflamatorios no esteroideos para mejorar el dolor o la incapacidad a largo plazo en los pacientes con dolor lumbar crónico moderado o severo.

El uso prolongado (más de 90 días) de opiáceos de forma mantenida se asocia a mayores costes médicos y al desarrollo de enfermedades psicológicas y depedencia. Además, su uso prolongado antes de distintos tipos de cirugía lumbar (como la discectomía o la artrodesis), se asocia a mayor riesgo de fracaso quirúrgico, complicaciones de la herida y mayor probabilidad de volver a ser operado más de una vez, además de a usar opiáceos de manera persistente tras la cirugía. Se han hallado resultados coincidentes tras la cirugía cervical.

Se recomienda su uso a corto plazo, no más de tres meses, en los pacientes con dolor de espalda muy intenso sólo cuando no responden a los analgésicos no opiáceos o a los antiinflamatorios no esteroideos.

Antidepresivos

Los estudios científicos disponibles demuestran que algunos fármacos antidepresivos son efectivos para mejorar el dolor de espalda en los pacientes crónicos con dolor intenso.

En concreto, las pruebas científicas sugieren que los “inhibidores de la recaptación de serotonina y noradrenalina” (específicamente la “Duloxetina”) son más eficaces que el placebo para mejorar la intensidad del dolor lumbar crónico. Sin embargo, no son concluyentes las pruebas sobre su eficacia para la ciática (es decir, el dolor irradiado a la pierna causado por las dolencias de la columna lumbar cuando se irrita o comprime una raíz nerviosa), ni las relativas a la eficacia de otros antidepresivos (como la paroxetina o la fluoxetina) para el dolor lumbar.

Colchicina

Es un fármaco usado en enfermedades reumáticas. Sus efectos secundarios más frecuentes son irritación del tubo digestivo y problemas cutáneos que afectan a un tercio de quienes lo usan, pero también pueden disminuir la fabricación de algunas células de la sangre. Los estudios científicos disponibles no sugieren que sea eficaz para los dolores de espalda

Capsaicina

La Capsaicina es un fármaco que, al ser aplicado en la piel, provoca la liberación a la piel de las sustancias que transmiten el dolor. Su aplicación repetida pretende “vaciar” los nervios de esos neurotransmisores, hasta agotarlos y dificultar o impedir que se transmita el dolor.

Se aplica de forma tópica en forma de parches o pomada.

Los efectos adversos de este medicamento son, en general, leves y transitorios ya que suelen ceder con el tratamiento progresivo. En alguna ocasión puede causar enrojecimiento, picor y sensación de quemazón en la zona de piel tratada, y aparecen en aproximadamente el 30% de los pacientes que los usan.
Las recomendaciones de las Guías de práctica clínica basadas en la evidencia científica disponible indican su uso para aliviar a corto plazo (hasta tres semanas) el dolor crónico, cuando no son eficaces otros medicamentos.

 

Gabapentina y Pregabalina

Son medicamentos que se emplean en el tratamiento de la epilepsia y del dolor neuropático. Estos fármacos reducen la excitabilidad de los nervios, incluyendo los que transmiten dolor. Están indicados en aquellos casos en los que una raíz nerviosa está irritada o comprimida (y aparece dolor irradiado al brazo –en el caso de las dolencias cervicales- o la pierna –“ciática”, en el caso de las dolencias lumbares-). Las pruebas disponiblespermiten plantear su uso en el caso de dolor irradiado (al brazo o la pierna), pero no en casos de dolor de cuello o espalda sin dolor irradiado.

Fármacos ANTI-TNF

Los inhibidores biológicos del factor de necrosis tumoral (TNF), o “fármacos anti-TNF” son el Etanercept, Infliximab, Adalimunab, entre otros compuestos que están en fase de desarrollo. Todos constituyen una nueva clase de agentes terapéuticos desarrollados para enfermedades inflamatorias crónicas (como la artritis reumatoide, artritis psoriásica, espondilitis anquilosante, enfermedad de Crohn, etc.); existen estudios científicos sobre su uso en estas enfermedades.

Sin embargo en los dolores de espalda de origen mecánico, (como la “lumbalgia inespecífica”), los estudios científicos realizados han arrojado resultados contradictorios, y la mayoría sugieren que estos fármacos no tienen efecto o, si lo tienen, es tan pequeño que no resulta clínicamente relevante. Actualmente hay consenso en no utilizarlos en el ámbito clínico, sino sólo en el investigador, en el contexto de estudios experimentales destinados a evaluar si realmente aportan alguna ventaja en algún grupo concreto de pacientes.

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 Última actualización: 12 April, 2024

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