Rectificaciones
Qué es
En condiciones normales, vista de perfil la columna vertebral no es perfectamente vertical, sino que forma una curva hacia adelante (“cifosis”) en la zona dorsal y unas curvas hacia atrás (“lordosis”) en la zona cervical y lumbar. La “rectificación” consiste en la reducción de esas curvaturas, de manera que la columna está “más recta” de lo normal. Puede aparecer a nivel cervical, dorsal o lumbar, aunque es más frecuente en la columna cervical, seguida por la lumbar.
En algunos casos, puede tener una influencia genética; de hecho, las curvas normales de la columna suelen ser más pronunciadas en unas razas que otras. Algunos estudios sugieren que la cantidad de ejercicio que se hace en la infancia, mientras el hueso está madurando, influyen en que sean mayores o menores, de manera que la falta de ejercicio en esa fase también puede conllevar unas curvas menos pronunciadas (es decir, “rectificaciones”).
Síntomas
Durante años, se ha creído que la “rectificación” podía causar dolor, especialmente en la columna cervical. De hecho, hay datos de estudios que sugieren que las variaciones en la forma de la columna vertebral pueden asociarse a un riesgo teóricamente mayor de que sea más rápido el desgaste del disco intervertebral cervical, y que la “rectificación” de la columna cervical puede asociarse a dolor en el cuello. No obstante, el diseño de esos estudios no es tan riguroso como hubiera sido deseable, por lo que la fiabilidad de sus conclusiones no es alta.
Realmente, se observan rectificaciones tan frecuentemente en personas con o sin dolor de cuello o espalda. Actualmente se consideran las rectificaciones como una “peculiaridad” personal, que se observa de manera casual en las radiografías de muchas personas perfectamente sanas sin que cause ningún problema presente ni futuro.
En el caso de las “rectificaciones” de la columna cervical, es posible que su relación con el dolor sea al revés de lo que se ha asumido; la propia contractura de la musculatura cervical puede “rectificar” el cuello, al obligarlo a adoptar una postura más rígida de lo normal. Así, al observar en un paciente con dolor cervical que una radiografía muestra que su cuello está “más recto de lo normal”, resulta imposible saber si esa es la situación habitual en su caso, o si, a la inversa, esa rectificación ha aparecido a consecuencia de la contractura muscular y es previsible que vuelva a la normalidad cuando la contractura desaparezca. En la práctica, hoy en día se consideran las “rectificaciones” como hallazgos casuales sin importancia.
En definitiva, puede aparecer dolor de cuello o espalda en una persona con rectificaciones, pero, con la evidencia científica disponible, hoy en día se asume que aparecería igualmente si no las presentara.
Riesgos
Ninguno; es irrelevante.
Lo previsible es que no suceda nada. Desde el punto de vista teórico, es posible que en el o los segmentos en los que existan rectificaciones, se acelere algo el proceso de desgaste del disco intervertebral.
En la práctica, eso significa que, si en toda persona sana conviene mantener bien desarrollada la musculatura que participa en el funcionamiento de la espalda, eso tal vez puede ser más importante en una persona con una columna vertebral más recta de lo normal, en la que el reparto de cargas puede ser peor. Pero realmente esto es sólo una hipótesis, que en la práctica sirve esencialmente para enfatizar la importancia de mantener en cualquier persona una musculatura potente, resistente y bien coordinada.
Tratamiento
No siendo una enfermedad, no requiere tratamiento.
El tratamiento de los pacientes con dolor de espalda que tienen rectificaciones es el mismo que el de aquellos que no la tienen, y según la evidencia científica actual la respuesta de los pacientes a esos tratamientos y su evolución no se ve influida por el hecho de que la columna esté rectificada o no.
Las rectificaciones no son una indicación para la cirugía.
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