Deportes: Esquí alpino
El esquí no es un deporte especialmente perjudicial
para la espalda, aunque conlleva el mantenimiento de la columna
vertebral en una postura de semiflexión. Eso puede sobrecargar la
musculatura y el disco intervertebral, especialmente si la musculatura
de la espalda no es suficientemente potente o si, por la velocidad
y el terreno sobre el que se esquía, hay grandes vibraciones.
Por otra parte, los saltos en esquí también aumentan
la vibración que sufre la columna vertebral, especialmente si no
se usa adecuadamente la flexión de las rodillas para amortiguar
el impacto.
En todo caso, cuanto mejor sea el estilo con el
que se esquíe, menor será el riesgo de padecer dolores de espalda.
Se recomienda:
-Ejercitar la musculatura que participa en el funcionamiento de la columna vertebral, como la musculatura de la espalda y los abdominales. Cualquier ejercicio es mejor que ninguno, especialmente si fomenta la potencia, resistencia o coordinación de esa musculatura. Sin embargo, los ejercicios que son óptimos para un individuo pueden no serlo para otro, y es conveniente que un médico o fisioterapeuta realice una exploración física y un balance muscular para individualizar el programa más apropiado en cada caso. Esto es especialmente cierto en el caso de personas que han sufrido dolor de espalda durante mucho tiempo o tienen desequilibrios significativos entre los distintos grupos musculares.
- Realizar estiramientos y movimientos de
flexibilidad de la columna vertebral antes de comenzar y al terminar
de esquiar.
- Esquiar con el mejor estilo posible y
a una velocidad controlada.
- Usar un equipo adecuado en función del
tipo de esquí que se practique, intentando minimizar la vibración.
- Realizar de manera periódica estiramientos y movimientos en extensión de la columna
vertebral, durante la jornada de esquí.
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