Base, indicaciones y riesgos: PENS - Neuroestimulación
eléctrica percutánea
Consiste en estimular terminaciones nerviosas localizadas en el
tejido blando y/o músculo, mediante la aplicación
de una corriente eléctrica.
Objetivo:
Crear un efecto analgésico para disminuir el dolor.
Fundamento teórico:
La percepción del dolor sólo es posible cuando
se activan unas células concretas de la médula y su
activación se transmite hasta el cerebro.
El PENS pretende impedir la activación de esas células
nerviosas. Para ello aplica una corriente eléctrica demasiado
suave como para excitar los nervios del dolor, pero suficientemente
intensa para estimular otras terminaciones nerviosas de la piel
-denominadas Ab-. Su estimulación activa unas células
de la médula -llamadas "neuronas de la capa IV"-
que liberan una sustancia -denominada "encefalina"-. Esta
sustancia se fija a los nervios del dolor e impide que activen las
células que perciben el dolor en la médula.
Si la corriente eléctrica es demasiado intensa excita también
los nervios del dolor, lo que limita la intensidad del estímulo
que el PENS puede aplicar.
Pruebas científicas de su eficacia:
Las recomendaciones basadas en la evidencia científica disponible consideran los resultados de estudios científicos
que sugieren la eficacia del PENS en los pacientes crónicos.
Riesgos y contraindicaciones:
La tasa exacta de efectos secundarios es desconocida, pero
estos incluyen desmayo (por dolor), sangrado, infección y
pneumotórax.
Indicaciones:
Las recomendaciones basadas en la evidencia científica
disponible aconsejan la utilización del PENS para el dolor
de espalda crónico muy intenso, sólo cuando han fracasado
todos los tratamientos conservadores. Debe ser aplicada por médicos
experimentados, en el ámbito de una Unidad del Dolor.
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