Base, indicaciones y riesgos: Proloterapia (infiltraciones
esclerosantes)
Consiste en inyectar substancias esclerosantes (que producen la
formación de tejido fibroso) en los sitios donde los ligamentos
y tendones se unen al hueso.
Objetivo:
Estimular la proliferación o engrosamiento de los ligamentos
y tendones en los sitios de la inyección para fortalecerlos
y reducir así el dolor.
Fundamento teórico:
Los ligamentos son los estabilizadores primarios de las articulaciones
del cuerpo, conectando los huesos entre sí y estableciendo
el límite de su radio de acción. Además, conectan
los músculos a los huesos generando su movimiento. La columna
vertebral esta compuesta de huesos, tendones, ligamentos, discos
y cartílagos. Los discos y los cartílagos actúan
como amortiguadores, previniendo que los huesos se friccionen entre
sí. En caso de lesiones, los ligamentos y los cartílagos
se deterioran, siendo incapaces de estabilizar la articulación.
Entonces empiezan a desgastarse. Este desgaste produce aún
más inestabilidad, resultando en dolor constante, movilidad
reducida y falta de resistencia.
El razonamiento para su uso está basado en dos premisas:
En primer lugar, que el dolor lumbar proviene de ligamentos debilitados
o lesionados y en segundo lugar, que la aplicación reiterada
de inyecciones con soluciones irritantes, en dichos ligamentos,
los fortalece y reduce la discapacidad y consecuentemente el dolor
de espalda.
Pruebas científicas de su eficacia:
Las recomendaciones basadas en la evidencia científica disponible coinciden en señalar que las infiltraciones esclerosantes
no son eficaces ni en los pacientes agudos ni en los crónicos,
con independencia de cuál sea la sustancia que se inyecte.
Riesgos y contraindicaciones:
No se conocen.
Indicación:
Las recomendaciones basadas en la evidencia científica
disponible no aconsejan la proloterapia para el tratamiento del
dolor de espalda.
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